Los riesgos globales
Por: Juan Fernando Palacio
Profesor de Relaciones Internacionales, Universidad de Antioquia, juanfernandopalacio@gmail.com
El encuentro de Davos es una buena noticia, pero da cuenta de un escenario difícil.
Davos 2023,
otra vez en su fecha habitual de fin de enero, con nieve abundante para
esquiar, ha sido un signo inconfundible de que la sociedad está paulatinamente
regresando a una nueva normalidad después de la pandemia.
El Foro
Económico Mundial, reunión anual en el que se reúnen más de dos mil líderes
políticos y empresariales del mundo de todos los rincones del planeta, es hoy
por hoy un importante ritual del mundo globalizado, y sus conversatorios, en su
gran mayoría de acceso gratuito en línea para todos los interesados, suelen
anticipar lo que serán los grandes temas en la agenda pública del resto del
año.
Y si este
año la atmósfera del evento estuvo enrarecida por preocupaciones y alarmas
inusuales de todo tipo, desde lo ambiental y climático pasando por la rivalidad
entre potencias y la desigualdad, esto habla bien de la capacidad del Foro para
capturar el clima que hay en el mundo y sus principales preocupaciones. No
dudemos que el mundo está mejor si existen espacios de diálogo entre sus
líderes más influyentes que si no los hubiera, pues estos espacios de alta
mediación de múltiples actores y de calculada exposición mediática ayudan a
disipar tensiones, en un mundo que las tiene crecientes.
Otro
servicio no menos importante que prestan estos eventos es ser puntos de
convergencia y difusión de ideas que facilitan acuerdos y consensos, no sólo de
temas a escala global sino también a nivel de sectores económicos o regiones
particulares. Algunas ideas para fomentar la integración latinoamericana, por
ejemplo, han visto su seno en conversaciones informales de Davos. Y este año,
si bien los discursos y los actores que representaron a los latinoamericanos
cambiaron ampliamente, también hubo cabida para reflexiones sobre integración
energética regional y para iniciativas de convergencia tributaria en América
Latina. Desafortunado, sí, que no fueran más líderes latinoamericanos y
desafortunado que en las prioridades de algunos no estuviera la atracción de la
inversión; oportunidades perdidas. Pero es la naturaleza de los ciclos
políticos; y el diálogo entre actores, no obstante, difícilmente sucede sin
sustancia.
Más allá de
las múltiples ramificaciones que se pueden derivar de esta cita global, vale la
pena detenernos por un momento en lo que los organizadores del Foro
consideraron son los grandes temas del momento y que, en buena medida, fueron
los que marcaron la agenda de las conversaciones. De acuerdo con el informe “Global
Risks Report 2023”, un documento de 98 páginas publicado por el Foro Económico
Mundial en los días previos a la cita en Davos, la humanidad está enfrentando
numerosos riesgos simultáneos que afectan la estabilidad del mundo tanto en el
corto como en el mediano plazo. Nuestro día a día actual y del próximo par de
años está marcado por un creciente costo de vida, la desaceleración económica
mundial, la rivalidad económica entre grandes potencias, la falta de acción
ante la problemática climática y la creciente polarización social.
Los riesgos
de fin de década no son menos exigentes. Numerosos ecosistemas naturales están
en riesgo de desaparecer permanentemente; la próxima pandemia puede hacer mucho
daño si no estamos mejor preparados; la posibilidad de nuevos conflictos entre
estados como el de Ucrania es latente con el peligro de más pérdida de vidas;
el derecho a la privacidad está al asecho en la era digital; y la deuda pública
global ha ascendido a niveles sin precedentes, poniendo en peligro la
estabilidad macroeconómica global.
El término
en boga es el de policrisis, que serían conjuntos de riesgos globales
interconectados cuyos impactos negativos totales exceden la suma de sus partes,
una combinación muy parecida al escenario con el que comienza este año. No son
pocas las permutaciones inconvenientes de los riesgos arriba mencionados que,
combinados y de acontecer con intensidad inusitada, podrían poner en jaque la relativa
estabilidad global actual.
Anticiparnos,
prepararnos y seguir allanando el camino del diálogo, de la tolerancia y de la
cooperación hacia un futuro de prosperidad común son tareas urgentes.
(Imagen: Euronews)
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